LA EMPATÍA Y LA ESCUCHA EMPÁTICA
La empatía es la habilidad o capacidad de ponerse en el lugar del otro. La escucha empática consiste en entender las emociones que acompañan al mensaje, identificar el significado de los gestos y las actitudes para comprender más allá de lo que dicen las palabras. Tanto la empatía como la escucha empática son términos que todos entendemos y estamos familiarizados con ellos, entonces, ¿por qué nos cuesta tanto aplicarlo en nuestras relaciones cotidianas?
PRUEBA CON MIS GAFAS
Leyendo al Sr. Covey y sus 7 hábitos de la gente altamente efectiva, me encontré con esta reflexión:
“Suponga el lector que tiene problemas en la vista y que decide visitar a un oculista. Después de escuchar brevemente su queja, el oculista se saca las gafas y se las entrega.
_ Póngase éstas, le dice_. Yo he usado este par de gafas durante diez años y realmente me han sido muy útiles. Tengo otro par en casa; quédese usted con éste.
El lector se las pone, con lo cual su problema se agrava.
_ ¡Esto es terrible! _ Exclama usted_ ¡No veo nada!
_ ¿Por qué no le sirven? A mí me han dado un resultado excelente, ponga algo más de empeño.
_ Lo pongo, pero veo todo borroso.
_ Bueno, ¿qué pasa con usted?, Piense positivamente.
_ Positivamente no veo nada.
_ ¡Vaya ingratitud! _Le increpa el oculista_. Después de todo, ¡Lo único que pretendía era ayudarle! (…)”
Esta visualización realmente me ha hecho reflexionar sobre cuantas veces pretendemos que los demás vean las cosas tal y como las vemos nosotros o pensar que algo que nos ha ido bien a nosotros, le tiene que resultar también al otro. Al leer este ejemplo parece realmente obvio que no es una ayuda útil, pero en la vida real estamos continuamente prestando nuestras gafas y pretendiendo que al otro le resulten igual de eficaces porque a nosotros sí que nos han funcionado, en lugar aplicar la empatía y ser capaces de ponernos en el lugar del otro. Y es que, como dice Covey, no se puede prescribir antes de diagnosticar y tenemos la tendencia a precipitarnos y arreglar las cosas con un buen consejo.
ESCUCHAMOS PARA CONTESTAR, NO PARA COMPRENDER
Raramente nos tomamos la molestia de ir más allá, de averiguar cuál es la causa del problema. No estamos acostumbrados a escuchar, y cuando lo hacemos es para contestar y no para entender, todo lo filtramos a través de nuestras propias lentes, reflejando nuestras propias vidas en las vidas de los demás.
La verdadera escucha empática consiste en escuchar para comprender, en tratar de ver las cosas como las ve esa persona y entender lo que siente. Y es que, por encima de todo, la gente lo que necesita es ser comprendida. Porque si no comprendemos lo que realmente le ocurre a la otra persona no podremos ayudarla a solucionar su problema.
Y esto lo hacemos muchas veces con nosotros mismos, porque incluso llega un momento en que las gafas que te han ido bien durante diez años dejan de servirte y necesitas unas nuevas, porque las circunstancias cambian, porque nosotros mismos cambiamos…Y, sin embargo, nos empeñamos en resolverlo todo del mismo modo porque una vez funcionó.
Así que empecemos con nosotros mismos, haciendo ese pequeño esfuerzo por comprender a los demás, para escuchar de verdad, practicando la empatía en nuestro día a día y, por supuesto, también para comprendernos a nosotros mismos, que no es tarea fácil…